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ENTREVISTA A LA COMUNIDAD DE LAS HIJAS DE LA CARIDAD DE SAN VICENTE DE PAÚL - AÑO 2011.


Entrevista realizada a Sor Isabel Romero Soto, hermana sirviente (superiora) de la Comunidad de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl en Rota.

Esta comunidad cuenta con cinco hermanas permanentes todo el año y con nueve trabajadores/as. Funciona como Casa de Descanso desde el año 1947 y como Comunidad en Rota están desde el 1999. Recordar que son hermanas no religiosas, pero sí de vida apostólica con una serie de estatutos que cumplir y con un voto renovable todos los años.

Las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, también conocidas como Hermanas de la Caridad, son una congregación religiosa católica femenina fundada el 29 de noviembre de 1633 y dedicada al servicio corporal y espiritual de los pobres enfermos.

La congregación fue fundada por San Vicente de Paúl, un párroco francés y Luisa de Marillac con el nombre de Hijas de la Caridad, sirvientes de los enfermos pobres y, posteriormente se le agregó el nombre de su fundador para distinguir esta congregación de las distintas comunidades de caridad que, animadas de un espíritu similar, se desarrollaron posteriormente por toda Francia.

¿A qué se dedica concretamente la Comunidad de San Vicente de Paúl?

Se dedica al servicio a los pobres en toda su extensión de la palabra, pero básicamente tenemos la atención a los ancianos, a los niños, etc. Existen otras comunidades que hacen estas labores y quizás algunas más, pero aquí concretamente el servicio principal que tenemos es ese.

A esta casa también vienen grupos de ejercicios espirituales, de retiros, tenemos hermanas que vienen en verano, es decir, la acción nuestra es muy amplia.

¿Qué vocación y que campos de actuación tenéis establecido las Hijas de la Caridad?

Hay un abanico muy grande en nuestra comunidad, pero nuestro trabajo va desde los ancianos hasta los niños, pero también en los hospitales, con drogadictos, con mujeres maltratadas, así como en comedores y guarderías.

Actuamos en toda clase de pobreza que existe hoy en día en la sociedad. Aparte de realizar este trabajo de forma permanente, también se hace de forma itinerante ya que se visitan los pobres y enfermos en la calle y los hogares, trabajando también conjuntamente con Caritas.

¿Qué labor realizáis diariamente en la Comunidad?

La vida nuestra diaria comienza muy temprano entorno a las 6.30 de la mañana, que es cuando normalmente nos levantamos todos los días, dependiendo también de la programación del mismo. Lo primero es ponernos en contacto con Dios, para que Él nos vaya dando esa fuerza que necesitamos para el transcurso del día. Posteriormente realizamos el rezo diario, ya que aunque nosotras no somos religiosas, pero si tenemos realizados unos votos. Ya después del rezo tenemos media hora de oración. Después marchamos para la eucaristía en la Parroquia de Ntra. Sra. de la O. y, a continuación, desayunamos.

Con la colaboración de unas empleadas que tenemos en el hogar, realizamos la apertura de la puerta de la Comunidad y les damos la bienvenida y el desayuno a los ancianos que llegan. Después, la labor cotidiana de una Casa de este tipo, unas se dedican a la labor de la cocina, otras al servicio permanente con los ancianos, etc. Ya una vez llegado el mediodía los ancianos reciben el almuerzo y entonces es cuando, entorno a las 3 de la tarde, las hermanas nos retiramos a nuestros habitaciones para volver a bajar a estar con los ancianos sobre las 5 de la tarde y convivir con ellos hasta las 7 de la tarde, que es cuando se marchan.

En el verano se realiza la misma labor pero, teniendo en cuenta que al haber más afluencia, contamos con auxiliares de clínica, trabajadoras sociales, también una fisioterapeuta y ellos van haciendo sus tareas y talleres, tanto por la mañana como por la tarde.

Eso sí, en verano el trabajo se nos multiplica ya que tenemos el centro de día con la atención a nuestros mayores, así como la atención a los grupos que vienen de campamento de otras ciudades, grupos de hermanas mayores que vienen a tomar un descanso en verano, enfermos de psiquiatría que vienen a pasar unos días de descanso hospedándose en la residencia, etc…

Destacar que nuestra Comunidad es Centro de Día solamente, pero dentro de la Compañía de la Comunidad tenemos desde hace muchos años ese servicio en verano. También tenemos grupos de nuestra Congregación que son seglares que vienen a hacer retiros, grupos de profesorado de distintos centros de Madrid, Sevilla, Huelva que vienen a hacer sus encuentros y programaciones.

Además dentro de la población también se nos solicita el centro por parte de los Salesianos o algún grupo religioso de Rota para hacer retiros.

Esta labor que desempeñáis día a día. ¿De qué forma pensáis que se ve recompensada?

De una forma muy grande. Mira yo estuve hace mucho tiempo en un Centro y había un administrador en el Centro y me decía: “por todo el oro del mundo yo no estaría con un anciano, ni con un niño. Yo mi vida me la ganaría de otra manera, haciendo otra cosa”. Pero sin embargo, uno siente cierta paz y sientes alegría y yo le decía que la cabeza humana ‘normal’ no entiende nuestro servicio, porque las cosas hoy en día no se pueden coger con la mano.

La recompensa básicamente es que lo hacemos por una vocación, por una llamada fuerte de Dios y entonces de verlos feliz a los ancianos que nos necesitan porque les escuchamos, les atendemos y le damos cariño y le trasmitimos paz. Esa es la recompensa más grande que podemos tener porque es un servicio prestado por una vocación que Dios te ha llamado para servir a los más necesitados a aquellos que la sociedad por circunstancias lo echan a un lado.

¿Recibe alguna ayuda por parte de las administraciones o algunas entidades?

Recibimos ayuda desde la Junta de Andalucía y también desde el Ayuntamiento de Rota, además los ancianos que visitan el centro de día tienen una cuota simbólica y muy módica, que algo nos ayuda. No es lo suficiente: no lo sé. Muchas veces hacemos números y vemos que los ingresos son muy pequeños, sin embargo, los gastos son bastante grandes.

También el pueblo de Rota nos ayuda con productos en especies, no grandes cantidades, pero sí tenemos para el día a día en el Centro y es algo que lo vamos notando.

Rota por sí sola es conocida por ser una ciudad muy solidaria, pero ¿de qué forma recibe la Comunidad la ayuda de los roteños?

La ayuda la recibimos por medio de alimentos en especie y nos traen aceite, garbanzos, azúcar, huevos, café, etc y esta ayuda nos aporta mucho y le viene muy bien a la Comunidad.

También hay donativos económicos voluntarios. Además agradecemos mucho la colaboración y el apoyo a la Fundación Alcalde Zoilo Ruiz–Mateos, que siempre que necesitamos de su ayuda sale a nuestro encuentro. Porque esta casa no es solo dar de comer a los ancianos, sino también el mantenimiento de la Casa es importante.

¿Han colaborado y colaboran las hermandades y cofradías con las Hijas de la Caridad?

La Hermandad del Rosario colabora todos los años con el ensayo solidario y nos traen todos los alimentos recogidos en el mismo. El resto de las hermandades individualmente colaboran cuando pueden y nos traen alimentos. También los colegios, ya que los niños vienen a felicitar a los mayores en Navidad y les traen su aguinaldo y contribuyen con ellos. Además contribuyen las distintas parroquias cada vez que la casa lo necesita.

En el aspecto espiritual, ¿qué formación tenéis establecida para las personas que asisten a la Comunidad y qué quieren encontrar ese bálsamo espiritual?

Tenemos establecido un período de formación integral para todas estas personas que asisten al Centro de Día, ya que tenemos un personal muy bueno y especializado. Los ancianos están en un clima de espiritualidad absoluto, ellos aquí se encuentran muy cómodos porque no los tenemos continuamente rezando sino lo educamos en aspectos fundamentales como el buen comportamiento con los demás y el respeto. Además es una evangelización catequética para que sepan convivir unos con otros. Nosotros trasmitimos o debemos de trasmitir más con hechos que con palabras.

¿Cuáles son los retos que afrontáis de cara a un futuro?

Debido a los momentos históricos en la Compañía nuestra y, pienso que en todas las órdenes religiosas, nosotras estamos muy atentas a las necesidades de los tiempos. Ya en el siglo XX se empezaron a tratar con mujeres maltratadas y drogadictos. Y actualmente tenemos por ejemplo dos Casas que tratan a personas con problemas de SIDA, una en la Línea de la Concepción y otra en Chiclana de la Frontera.

Estamos muy atentas a lo que el Señor nos va pidiendo en cada momento de la historia y Él nos pide por medio de esas necesidades que vamos encontrando.

Nuestros superiores nos van formando y nos van mentalizando para llevar a cabo todo esto. Nosotras, si vemos que esta obra la pueden llevar los seglares pues nos dedicamos a otros campos mas necesitados.

Nuestra misión es ir preparando al personal de la manera de actuar de los fundadores nuestros que es con entrega con mucha humildad y amor.

El 7 de enero 2002, la Hermandad de la Salud otorgó el nombramiento de ‘Camareras de la Virgen de la Caridad’ a las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl. ¿Qué supuso esto para la Comunidad en Rota?

Supuso un agradecimiento, una alegría, un poder comunicarnos más con las hermandades. No nos dio mucha vanagloria porque nosotras estamos entregadas a ese amor, ya sea a través de la advocación de la Virgen de la Caridad o Jesús de la Salud. Lo vivimos de forma muy intensa, pero si nos piden un servicio lo hacemos con muchísimo gusto. Hemos estado un tiempo, pero hemos visto que lo pueden hacer otras personas, y del mismo modo nos hemos retirado a nuestra labor, que eso no quiere decir que no lo compartamos porque sí lo hacemos y del mismo modo nos sentimos muy orgullosa.

Un mensaje para todos los visitantes de Rota Cofrade.

Yo les diría a las hermandades que siguieran luchando y trabajando como siguen haciendo por los más necesitados, porque hay mucha hambre. Que no decaigan, que no tengan vergüenza con decir que son cristianos. Si sienten que se burlan de ellos, que no presten atención. Tienen que saber que hay que atraer a gentes que sepan atender a esas personas tan necesitadas que están a falta de mucho cariño y de escucha, porque hoy en día, la sociedad se ha dispersado de tal manera que los mayores y los niños son los que sufren. La Iglesia necesita gente joven que la ayude a trabajar y a trasmitir ese amor, sobre todo a buscar la justicia que muchas veces, por la ignorancia, no aprovechamos. Por lo tanto todos tenemos que trabajar (las hermandades, las Comunidades, la Iglesia) por buscar la justicia y los derechos de los pobres.

Rota Cofrade quiere hacer público la amabilidad y el cariño con la que fue tratada durante la citada entrevista. Igualmente queremos dejar patente el inmenso trabajo diario que realizan las Hijas de la Caridad en el Centro de San Vicente de Paúl de Rota.


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