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ENTREVISTA REALIZADA A SANTIAGO GASSÍN ORDÓÑEZ - AÑO 2011.

(Sacerdote Salesiano)

¿De dónde es usted?

Soy natural de Jerez de la Frontera.

¿Qué motivo le llevó a tomar la decisión de ser sacerdote salesiano?

Lo primero que tengo que decir es que es Dios quien guía y conduce la historia de nuestra vida. Y si soy sacerdote salesiano es porque Dios así lo ha querido. Dicho esto, hay un cúmulo de circunstancias que te van rodeando y a través de las cuales Dios te va haciendo descubrir esa voluntad suya. En mi caso, el haber entrado en un colegio de las Hijas de la Caridad en Jerez desde los 3 años hasta los 6, a partir de esta edad en el Oratorio Festivo “Padre Torres Silva” (uno de los dos colegios que los salesianos tenemos en Jerez), el ambiente que viví en aquel colegio donde se respiraba salesianidad a raudales: música, teatro, juegos, alegría, estudio, espíritu de familia, una liturgia bien cuidada, el ambiente cristiano de mi familia, el ejemplo de salesianos sacerdotes ejemplares entregados a los niños…. Todo ello hizo que desde niño sintiera en mi corazón una inquietud por el sacerdocio. Eso fue primero. Luego vino el “color” del sacerdocio en la Congregación Salesiana.

Don Bosco, del que tanto nos hablaban en el colegio y el Padre Torres Silva, fundador de nuestro primer colegio en Jerez, cautivaron mi corazón y… aquí estoy.

Cuando usted tomó la decisión de ser sacerdote, ¿cómo fue la reacción de su familia?, ¿y la de hermanos y amigos?

Gracias a Dios, fue una reacción muy buena. Mis padres son profundamente creyentes y se alegraron de corazón. Siempre he tenido el apoyo de mis hermanos y amigos en este sentido.

¿Cómo fueron sus años de seminarista?

Pues fueron años muy hermosos y muy intensos de búsqueda de lo que Dios quería de mí. Años de mucha ilusión, de estudio, de trabajo pastoral con niños y jóvenes desde que entramos, de conocer a Don Bosco y la historia de nuestra Congregación más allá de los tópicos que se conocen de nuestro Santo Fundador.

Años también de hacer buenas amistades, de conocer salesianos cabales que me aportaron mucho. Quiero citar aquí, puesto que lo conocéis en Rota, a mi querido amigo D. Aurelio Rodríguez, anterior párroco de la O, que fue mi primer director cuando entré en el seminario salesiano a los 14 años. Fue un gran maestro para mí, tanto que, con el correr de los años, se forjó entre nosotros una hermosa amistad a pesar de la diferencia de años y de caracteres. Su cercanía, su sentido del humor, su amor por la Congregación y por Don Bosco y su trato siempre cercano y cariñoso hacia mis padres son cosas que no puedo dejar de valorar ni olvidar.

Además de en Rota, ¿donde más ha estado usted de sacerdote?

Mi primer destino, inmediatamente anterior a Rota, como sacerdote salesiano fue Sevilla. Mis primeros cuatro años como sacerdote los viví en esa maravilla de ciudad, en el Colegio Salesiano “Santísima Trinidad”. Fueron cuatro años intensamente vividos, con la ilusión de mi sacerdocio recién estrenado, entre más de 1.500 alumnos, como Coordinador de Pastoral Juvenil.

A aquel Colegio le guardo un especial cariño. Había un ambiente estupendo, un gran movimiento de catequesis y pastoral juvenil: Primeras Comuniones y Confirmaciones cada año numerosísimas como suele ser en todos nuestros colegios, grupos de fe, de Teatro, Escolanía, Banda de Música, Asociación de Antiguos Alumnos, Archicofradía de María Auxiliadora, Hermandad, el Santuario de María Auxiliadora, ahora ya Basílica, con los espléndidos cultos en honor de la Virgen de Don Bosco, la estrecha colaboración con el Arzobispado de Sevilla en momentos especialmente significativos, la oportunidad de predicar cultos en Cuaresma en numerosas Hermandades y la inmensa gracia de Dios de haber sido capellán de las Hermanas de la Cruz durante esos años en el convento donde está la Casa natal de Santa Ángela de la Cruz (tuve la alegría de asistir a la Canonización de Sor Ángela en Madrid y la responsabilidad y el gozo de ser designado por el Sr. Arzobispo de Sevilla y la Madre General de las Hermanas de la Cruz para preparar las celebraciones que en su honor se realizaron en la Catedral de Sevilla, concretamente, las celebraciones de los niños y de los jóvenes). Todas estas cosas que he citado fueron para mí elementos que me hicieron vivir el estreno de mi sacerdocio con mucha intensidad y, por eso, guardo muy buen recuerdo de mi paso por Sevilla.

¿En qué situación está actualmente el Colegio Salesiano de Rota?

Pues pienso que está en una situación muy buena. Hay un ambiente de familia muy bonito entre niños y educadores. El Colegio cuenta con un claustro de profesores magnífico, mayoritariamente joven, con muchas ganas de trabajar y mejorar y, además, con vocación de educadores. Hay un nutrido grupo de padres y madres que, desde la AMPA, se desviven por colaborar con el colegio.

El nivel académico de nuestros alumnos, en general, está por encima de la media de Andalucía, según los resultados de las Pruebas de diagnóstico y evaluación mandadas realizar todos los años por la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía. Y más importante aún, aunque como es natural, alguna que otra vez puedan hacer alguna trastada, creo que nuestros alumnos son chicos estupendos y que tienen todos un gran corazón.

¿En qué cree que ha cambiado este centro salesiano roteño desde su llegada?

Bueno, el colegio salesiano tiene una historia y forma parte de un proyecto inspectorial que sigue unas pautas marcadas desde Sevilla pero, como es natural, cada Director luego le da su impronta y marca un estilo. No creo que sea yo la persona indicada para decir en qué ha cambiado el colegio. Lo que sí puedo decir es que hemos procurado estos años trabajar para que el Colegio Salesiano de Rota ganara en calidad educativa. De hecho, contamos con el sello o certificado de calidad en nuestro centro, gracias al gran esfuerzo y trabajo de nuestros maestros y profesores.

En segundo lugar, pero no menos importante, hemos tratado de marcar claramente el ideario y los principios católicos de nuestro colegio. Somos una escuela de la Iglesia Católica y eso no lo podemos olvidar. Por eso hemos intentado que el ambiente en nuestra Casa ayudara a subrayar esta identidad católica. No podemos tener complejos de ser lo que somos y de ofrecer nuestro estilo de educar en consonancia con toda la Iglesia.

Y, en tercer lugar, unido a ello, hemos procurado también fomentar aquellas actividades que, desde el arte, la cultura, la belleza, etc. pudieran ayudar a grandes y pequeños a encontrarse con Dios.

Y todo ello, dándoles un protagonismo a las personas, en especial a niños y jóvenes, que son la razón de existir de una Casa Salesiana. Si ello no fuera así, habríamos perdido el norte y nuestra presencia en Rota o en cualquier otro lugar dejaría de tener sentido. No se entiende una obra salesiana donde no hay niños o jóvenes o donde estos molestan.

¿Cree que hacía falta la llegada de un director como usted?

Cada uno de nosotros tiene su momento oportuno en el lugar adecuado y Dios nos pone ahí para que seamos humildes instrumentos suyos y sembremos con alegría al servicio de todos.

¿Tras su marcha, en qué situación actual deja usted el colegio?

Creo que ya he contestado a esto en preguntas anteriores. En mi humilde opinión, la situación es buena, aunque, como es natural, todo es mejorable. Todavía se puede hacer mucho más en la mejora de las instalaciones que, en estos años, se ha ido desarrollando, gracias en gran parte a la ayuda y colaboración de las familias de nuestro centro, a las que desde aquí, les agradezco una vez más su apoyo y su confianza.

El Colegio cada año recibe más solicitudes de plazas para nuevos alumnos, lo cual es algo muy bueno. Si muchas familias quieren elegir nuestro colegio para la educación de sus hijos por algo será, pero quiero recordar una vez más, que todo lo bueno de nuestro centro hoy es el resultado de un trabajo en equipo encomiable, del gran esfuerzo de maestros y profesores y también de la siembra de tantos salesianos que han dejado regueros de su vida en esta Villa de Rota.

Todo el movimiento y la labor que usted ha desarrollado en este centro y el gran cambio que se ha visto reflejado en estos últimos años. ¿Cree que alguien será capaz de darle continuidad?

Somos necesarios pero nadie es imprescindible. Claro que podrán darle continuidad, si quieren, e incluso, estoy seguro de ello, mejorar muchas cosas. Como he dicho antes, cada uno tiene su impronta, su estilo. Lo importante es no perder el norte de que los niños y los jóvenes han de ser siempre el centro de nuestros desvelos y de nuestra acción educativa y pastoral. Una Casa Salesiana donde los muchachos “molestan” se envejece y está condenada a morir.

Nos podría decir el porqué de su marcha a Roma.

Pues muy sencillo: ya sabéis que los salesianos tenemos un voto de obediencia. Eso significa que ofrecemos a Dios nuestra libertad y, por tanto, estamos disponibles en cualquier momento para donde se nos llame a través de nuestros superiores. Mi superior me ha enviado a Roma y yo voy con sumo gusto, aunque me da mucha pena dejar este colegio y este pueblo tan queridos para mí.

¿Qué labor va a desarrollar en Roma?

Voy a estudiar la Licencia en Teología Dogmática, en la Universidad Pontificia Salesiana.

¿Cuánto tiempo estará usted en Roma?

En principio, serán dos años.

Concluido su tiempo de estancia en la capital de Italia. ¿Qué labor realizará?

Eso sólo Dios lo sabe.

¿Es usted hermano de alguna Hermandad?

Sí, de varias y, a mucha honra. Soy hermano de la Hermandad de las Tres Caídas de Jerez desde niño, de la Hermandad de la Salud de Rota, de la Hermandad de la Virgen del Valle de Sevilla y hermano honorario de la Hermandad de la Borriquita de La Línea de la Concepción.

¿En qué situación ves las hermandades roteñas?

Bien. La verdad es que, por diversas circunstancias, yo no he podido entrar muy de lleno en el mundo de las Hermandades de Rota. El trato que he tenido con ellas, en general, ha sido más bien desde fuera, predicándoles los cultos cuando lo han pedido, pero no metido de lleno en la vida de hermandad, aunque con alguna de ellas la vinculación ha sido más estrecha. Por eso, no me atrevería tampoco a opinar mucho de lo que no conozco del todo. Lo que sí diría es que valoro enormemente su labor como grupos de Iglesia viva que son, tanto por su labor en lo que se refiere al culto a Dios y Nuestra Madre Santísima como por el gran potencial de vida cristiana que tienen.

Quizá echaría en falta una mayor unión y concordia… pero ya digo que no puedo opinar mucho del tema porque no he estado metido de lleno.

¿Le hubiera gustado trabajar más codo con codo con las hermandades?

Por supuesto que sí. Soy cofrade desde niño y pienso que las Hermandades tienen muchísimo bueno que ofrecer a la Iglesia, a los jóvenes y a la sociedad. Y para ello necesitan la labor constante de sacerdotes que trabajen con ellas, así como decís, codo con codo, no desde la altura y la distancia, sino como un padre y como un hermano, evidentemente, aportando su dirección y animación espiritual que para eso debe estar.

Los salesianos en nuestras obras, cuando hablamos de la catequesis y de la formación, no hablamos tanto de catequistas o formadores sino que usamos ese término: “animación”, más que dirección u otro similar, animadores porque, precisamente, los sacerdotes estamos para dar alma, que eso significa animar, no para desanimar, para alentar no para poner trabas a todo.

Si no ha podido, ¿por qué no ha podido desempeñar esta labor?

Creo que en Rota la comunidad salesiana podría desempeñar muy bien esta labor junto a los otros sacerdotes y párrocos de la localidad. Somos varios sacerdotes y estaríamos disponibles para ello. Pero pienso que en Rota está demasiado identificada la figura del director espiritual con la del párroco y no tiene por qué. En otros pueblos y ciudades muchas Hermandades tienen directores espirituales que no son párrocos, son miembros de órdenes religiosas o congregaciones que prestan este servicio de manera encomiable, evidentemente en comunión con el párroco. Además, es que en esos lugares es prácticamente imposible que un solo sacerdote pueda atender dignamente a todos los grupos, movimientos y hermandades de su feligresía. Pero bueno, en Rota las Hermandades están muy bien atendidas y esto es hablar por hablar.

Las hermandades nunca han tenido una respuesta negativa por su parte y ha colaborado en todo lo que ha estado a su alcance. ¿Cree que actualmente la Iglesia tiene un poco al lado a las hermandades o son las propias hermandades las que, en cierto modo, se olvidan de su pertenencia a la Iglesia y de los objetivos y fines para las que fueron fundadas?

Creo que no se puede hablar generalizando de las Hermandades. Y muchas veces hacemos eso, sacerdotes y seglares. Las metemos a todas en el mismo saco y nos equivocamos. Son parte viva de la Iglesia y, en nuestra tierra, creo que gracias a ellas y a su hermosa labor, se mantiene aún viva la llama de la fe, aunque sólo sea la fe de un niño que le pregunta a su papá o a su mamá cuando ve pasar a Jesús con la cruz a cuestas: “Mamá, Papá, ¿por qué lleva Jesús la Cruz?” o “¿por qué llora la Virgen? Y eso no tiene precio. Es una semilla que dará fruto algún día.

Pero es verdad que dentro de una misma Hermandad hay grados de pertenencia y vinculación. Hay hermanos que trabajan mucho por su Hermandad, con gran espíritu de servicio y sacrificio y otros que sólo aparecen cuando empieza a oler a incienso el miércoles de ceniza o incluso más tarde. Eso es una realidad. Bueno, esto pasa también en todos los grupos y asociaciones, unos pocos que son los que siempre están sirviendo… Lo que pasa es que, a veces, en la Iglesia, desgraciadamente, nos ensañamos con nosotros mismos. Y no somos tan malos… Porque también es una realidad la preocupación de muchas Juntas de Gobierno por mantener la llama encendida, por “bregar” con unos y con otros, por limar asperezas, por encauzar bien la senda de la Hermandad. Y esto es encomiable.
Las Hermandades tienen sus estatutos renovados hace pocos años y aprobados por el obispado. En mi humilde entender, está claro lo que son y lo que deben hacer. Y están en camino, aunque somos humanos y el camino no siempre es fácil, pero no debemos desanimarnos. Hay que seguir trabajando con ellas y por ellas. El fruto sólo Dios lo sabrá, pero no podemos dejar que una realidad como las Hermandades se muera.

Sabemos lo que representa para un salesiano la advocación de María Auxiliadora. Pero, ¿cuál ha sido la imagen roteña que más le ha cautivado?

Me ponéis en un compromiso ¿eh? ¡Todas las imágenes de la Virgen y del Señor en Rota son preciosas! Por supuesto María Auxiliadora en mi vida lo es todo. Por Ella soy salesiano, por Ella y por propagar su devoción con solemnidad y dignidad me he desvivido. Pero claro, poniendo a un lado a la Madre y Patrona de nuestra Congregación, tendría que decir que me llama mucho la atención la devoción de Rota a su Nazareno. Es algo que impresiona. Y su mirada cautiva.

Dicho esto, le tengo una especial devoción a la Virgen del Carmen. He predicado en diversas ocasiones su Novena en varios pueblos de España vinculados a la Orden de las Madres Carmelitas Descalzas. Siempre digo que no hay una imagen de la Virgen del Carmen que sea fea. Todas son preciosas y, por supuesto, la de Rota también. Siempre que he celebrado un bautizo en la Parroquia de la O hemos consagrado al bebé a la Virgen del Carmen ante su altar.

¿Con que hermandad roteña ha tenido más vínculo y unión o se ha visto más identificado en estos años de estancia en Rota?

Pues, fundamentalmente, con dos de ellas: con la Hermandad de la Salud, de la que soy hermano y con la que tengo muy buena relación, entre otras cosas, porque he tenido el honor de predicarle los cultos prácticamente todos los años desde que llegué a Rota y porque siempre me he sentido en ella como en casa y, por supuesto, con la Hermandad de la Veracruz por los vínculos históricos de nuestra Casa Salesiana con dicha Hermandad prácticamente desde que se fundó el colegio. ¡Imposible romper esos vínculos! He encontrado siempre en la hermandad de la Veracruz una puerta abierta y una mano amiga para ayudar y colaborar en todo lo que les hemos pedido.

Sabemos que hay una corriente joven de chavales, de muy corta edad que están intentado formar una asociación parroquial en el colegio y están en busca de un paso, imagen, etc. ¿Qué opinión le sugiere y que les diría ahora que ya no va a estar usted al frente de ellos?

Pues me merecen la mejor de las opiniones y el mayor de los respetos. Son un grupo de muchachos magníficos, con un gran corazón, con un espíritu de trabajo y de iniciativa muy grandes y con deseos sinceros de madurar y crecer en la fe y en la caridad. Esto es lo primero que cuando vinieron a pedir mi ayuda y asistencia les dije y ellos lo han aceptado mejor que muchos adultos: cuidar la formación y el crecimiento en la fe y la caridad. Ellos están deseosos de que alguien les guíe y les apoye. Lógicamente en ellos está también el deseo de tener una imagen, de poder darle culto, de poderla sacar en procesión. Y, yo pregunto: ¿por qué no? En nuestra tierra es una manera estupenda de evangelizar.

Creo que se merecen el mayor de los apoyos. Son garantía de futuro. Ya quisieran muchas hermandades y parroquias poder contar entre sus filas con personas como ellos, con ilusión, unidos, hechos una piña por un proyecto común… Desde el primer momento en que vinieron a verme no dudé en abrirles las puertas de nuestra Casa y de nuestro corazón.

Yo les diría que no se desanimaran, que sigan luchando, aunque estos proyectos tarden mucho en verse realizados. Les he dicho durante todo el año que tienen que tener paciencia y empezar a construir bien la casa por los cimientos. Y eso les dejo dicho hoy. Cuentan también con el apoyo de adultos que están dispuestos a caminar con ellos. Desde hace tiempo existía la idea de fundar una Hermandad en el colegio, como las hay en muchos colegios salesianos. Yo no dudaría en acogerlos a ellos para formar esta nueva Hermandad, donde los jóvenes sean los protagonistas. Es cierto que aún son muy jóvenes, pero no les faltan ganas de trabajar y de hacer las cosas bien. Desde aquí quiero agradecerles, una vez más, el haberlos conocido y su disponibilidad para formar la cuadrilla del paso de Santo Domingo Savio, del Rosario Vespertino y de la Aurora de María Auxiliadora y del Sagrado Corazón de Jesús. Estoy seguro de que el Señor bendecirá su disponibilidad.

Defíname en breves palabras cómo ha sido su paso por nuestra Villa:

Intenso, cargado de vivencias, de amistades auténticas, de alegrías, de cariño mutuo, a veces también de algo de sufrimiento e incomprensiones, de mucho trabajo pero, en definitiva, han sido unos años muy felices en mi vida.

¿Qué es lo que más va a añorar de Rota?

Lo primero, a mis muchachos. Me va a costar mucho acostumbrarme a estar de lunes a viernes en una clase pero como alumno… y no ver sus caras medio adormiladas por las mañanas al entrar en el colegio, sus sonrisas en el patio, los besos y abrazos de los pequeñines, sus visitas a mi despacho, los actos en honor de la Virgen con la participación de tantos chiquillos, seises, monaguillos, acólitos, costaleros, escolanía, etc., los musicales en verano en nuestro patio…

En segundo lugar, creo que añoraré a las buenas gentes de Rota. He conocido en estos años personas de una gran talla humana y cristiana. He forjado muy buenas amistades. Pero para el corazón no hay distancias que valgan…

En tercer lugar, ¡voy a echar mucho de menos el mar y su brisa en verano!

Personalmente, ¿Que es lo que más le ha gustado de Rota y sus gentes?

Siempre me ha gustado Rota. Es un pueblo donde da gusto vivir. Te sientes como en casa. Con clima agradable, el horizonte del mar, sus pinares para pasear y sus gentes tan acogedoras y cariñosas.

¿Qué es lo que le ha quedado pendiente a usted por hacer en Rota?

¡Uf! Muchas cosas que no voy a decir y una que sí la voy a decir porque creo que llegará algún día en que otros la puedan llevar a cabo. Después de la insistencia de muchas personas y, culminado en este año el proyecto de restaurar el paso de María Auxiliadora, era mi intención, como director de la Obra Salesiana de Rota, iniciar y llevar a término a partir de Septiembre próximo los preparativos para la Coronación Canónica de la imagen de María Auxiliadora de nuestro Colegio.

Como dije el 24 de Mayo, desde el balcón de la fachada de nuestro colegio, al llegar su paso allí, ¡Rota es de María Auxiliadora y María Auxiliadora es de Rota! Es impresionante cómo se vuelca Rota en su Novena y procesión. ¡Cuántos antiguos alumnos y antiguas alumnas la llevan en su cartera y en su corazón! ¡Cuántas niñas y mujeres llevan su nombre! No he conocido un pueblo ni ciudad donde haya tantas Auxiliadoras. La devoción de Rota a María Auxiliadora, sembrada con paciencia y tesón por tantos salesianos y salesianas a lo largo de más de 60 años, ha dado un fruto magnífico de amor a la Virgen de Don Bosco en este pueblo, que bien merecería este acto en su honor. ¡Ojalá pudiera asistir un día, aunque sea como invitado en un ladito, a la Coronación Canónica de nuestra Virgen! ¡Ese día sería un día muy feliz para mí!

¿Con qué momento se queda de todos los años vividos en Rota y cuál de ellos no quiere volver a recordar?

Me quedo con la visita de las reliquias de Santo Domingo Savio a nuestro colegio y a nuestra Villa. Fue un día glorioso en el que gocé como un niño pequeño.

Y no querría volver a recordar aquellos en los que yo haya sido causa de discordia o de disgusto para otros. También me duele recordar el último día de este curso escolar. Fue un día con muchas lágrimas y abrazos de despedida por parte de nuestros alumnos. Los más pequeños no entienden eso de que te cambien a otro lugar…

Si se diera la oportunidad de volver de nuevo a Rota, ¿Volvería, o cree que ya le queda poco por hacer?

¡Volvería con los ojos cerrados! Siempre hay cosas que hacer, siempre hay niños y jóvenes a los que mostrarle el rostro de Dios que les ama. Siempre hay personas a las que servir con alegría.

¿Sabe usted que le echaremos mucho de menos, por lo gran persona y por el gran sacerdote que es usted?

¡Yo sí que voy a echar de menos a este pueblo y a este colegio! Sólo he tratado de sembrar y de llevar las almas a Dios. Pero los salesianos somos aves de paso y sabemos que no podemos eternizarnos en un solo sitio. Debemos estar siempre disponibles a lo que la obediencia nos pida. Aunque, como me decía hace unos días un buen amigo anglicano, católico de corazón, cuando un sacerdote vive una experiencia hermosa de servicio a una comunidad, se establece entre ellos una relación “orgánica”, como de una planta que echa raíces y se alimenta de la tierra y entonces te arrancan de raíz y ¡claro que lo sientes! Pero, en todo y por todo tenemos que dar gracias a Dios y por habernos permitido conocernos y ayudarnos mutuamente. Así lo vivo y lo siento yo.

En nuestro pueblo dejará a muchos amigos y personas que le tienen admiración, pero, ¿hasta qué punto admira D. Santiago, los roteños y todos aquellos cristianos, amigos y conocidos con los que ha convivido durante todos estos años?

Pues, como podéis imaginar por lo que ya llevo dicho, muchísimo. He vivido en Rota estos últimos 8 años de mi vida y he conocido personas realmente extraordinarias, con una fe y un amor a Dios en muchas de ellas que ya quisiera yo para mí.

¿Qué opinión le merece nuestra página web Rota Cofrade?

¡Una maravilla! Detrás de cada noticia hay horas de trabajo, tesón y mucho cariño. No se puede mantener una web como rota cofrade sin trabajo, sin constancia y sin unas buenas dosis de cariño hacia lo que se hace. ¡Yo todos los días entro en ella! ¡Y lo seguiré haciendo desde Roma!

Un mensaje para los roteños y para los visitantes de nuestra página web.

¡Gracias por todo y que Dios os bendiga!

Rota, a 16 de Julio de 2011
Fiesta de Nuestra Señora del Carmen

Rota Cofrade quiere agradecer públicamente a D. Santiago Gassín Ordóñez, la disposición prestada siempre con esta página web y su colaboración desinteresada, además de agradecer poder haber realizado esta entrevista con motivo de su despedida y traslado a Roma.


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