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SEMANA SANTA DE ROTA - ESTRUCTURA Y CARACTERÍSTICAS DE LOS PASOS EN ROTA.

En principio se hace preciso distinguir entre el Paso de Cristo, Paso de Misterio y Paso de Palio, que es aquel destinado a portar a la Virgen en cualquiera de sus Misterios Dolorosos o Gloriosos.

En el Paso de Cristo suele representarse únicamente la imagen de un Crucificado, aunque también cabe incluir en este apartado la presencia exclusiva de Jesús en cualquiera de sus momentos pasionistas, como por ejemplo ocurre en el caso de la cofradía de Jesús Cautivo y Rescatado, dependiente de la Hermandad de la Vera-Cruz. Cabe señalar que en los pasos en los que Jesús aparece con la Cruz al Hombro, sólo (como ocurre en el caso de Jesús de las Tres Caídas) o acompañado de Simón de Cirene (caso de Jesús Nazareno), suelen ser llamados Pasos de Nazareno.

En el Paso de Misterio se representan escenas de la Pasión, Muerte y Resurrección de nuestro Señor Jesucristo, y en las que la imagen central de la escena (Jesús) aparece rodeado de sus discípulos, sayones, esclavos, romanos, la Stma. Virgen, las Santas Mujeres o los Santos Varones. En nuestra Semana Mayor son representadas por la Hermandad de Los Dolores y la cofradía popularmente conocida como La Borriquita, sección esta dependiente de la Hermandad de la Vera-Cruz.

Tanto los pasos de Cristo como los de Misterio poseen casi siempre la misma estructura aunque de muy distintas proporciones. Todos, sin distinción, tienen su parihuela, que es la estructura, generalmente de madera, que soporta todo lo que es el paso. Su forma es rectangular. A los lados cortos se les llama delantera y trasera de la parihuela o del paso y a los lados largos costeros. A la parte superior de la parihuela, sobre la que descansa la canastilla, se llama mesa. A lo largo del paso se distribuyen las trabajaderas que en número habitual de seis van paralelas al frontal del paso desde el costero (o lado) izquierdo hasta el costero derecho. Las trabajaderas son listones gruesos de madera gracias a los cuales los costaleros pueden cargar con los pasos sobres sus cuellos. Para ello usan como norma habitual el costal (originario de Sevilla y utilizada en la mayor parte de nuestras cofradías), y en otras ocasiones la molía (típicamente jerezana y últimamente proclive al desuso), que les ayudan en esta labor. Todo ello queda en pie, por las patas, que en el paso de misterio son seis. En muchos casos, las patas del paso tienen en el extremo inferior una parte que se abate, para rebajar la altura del paso en ocasiones, esta parte plegable toma el nombre de zanco.

La parihuela va cubierta en su frontal, trasera y costeros por respiraderos y faldones aunque en algún caso sólo existen faldones que incorporan mallas o calados a modo de respiraderos. Los respiraderos pueden ser de maderas nobles talladas, de maderas talladas y doradas o de metales nobles. En el frontal y en la trasera pueden existir unos listones cortos del mismo o parecido estilo al de los respiraderos llamados maniguetas, que son rastro de las primitivas andas. Son cuatro en total, una en cada uno de los cuatro ángulos del paso. Las maniguetas nos recuerdan las varas que todavía conservan los pasos que son cargados por fuera: como el caso de la Hermandad del Nazareno o los de la Asociación Parroquial del Cristo del Amor y Jesús Resucitado. Para que el recuerdo sea más completo con el uso dado anteriormente, al lado de cada manigueta va un penitente con el antifaz sin capirote o macho de cartón, y que recibe el nombre de maniguetero (actualmente poco o nada utilizado en nuestras procesiones).

Sobre la parihuela está el canasto o canastilla, que puede ser casi de las mismas dimensiones que la parihuela o algo más reducida, dejando una pequeña zona lisa, siendo del mismo estilo que los respiraderos. En esta zona lisa, que existe siempre aunque sea muy reducida, en la parte frontal del paso va el llamador o martillo con el que el capataz da las ordenes de "levantá" y arriado de los pasos.

La canastilla suele ir adornada por cartelas, angelitos, capillas, etc.... Las cartelas son unos bajorrelieves, pinturas, terracotas o esculturas en madera que representan escenas de la Pasión y que suelen estar distribuidas por los costeros, frontal y trasera de la canastilla. Suelen ser de forma ovalada.

Los primeros pasos fueron unas andas donde sólo había espacio para la imagen y poco más, quedando esta iluminada por los hachones y, desde el siglo XVII, por los faroles que los acólitos portaban alrededor del paso; reminiscencia de todo esto, los cuatro ciriales que, ahora, van delante del paso. Por ello las imágenes de los pasos de misterio se iluminan con candelabros, faroles o hachones, que se sitúan sobre la canastilla. El candelabro es un candelero con varios brazos; lo forman unos elementos de madera que montados sobre un esqueleto metálico de formas redondeadas y retorcidas y en cierto modo arborescentes, soportan una serie de guardabrisas o tulipas de cristal que suelen estar distribuidos en distintos niveles y que llevan un pequeño cirio (codal) en su interior. En los pasos de misterio son de madera tallada, y los brazos lo rematan unos pequeños fanales de vidrio, abiertos por arriba, y en los que se encuentra en su interior la cera. Este fanal se llama tulipa o guardabrisa y no sólo impide que la vela se apague sino que también evita que se manchen de cera los objetos que hay alrededor del candelabro. Los faroles suelen ser metálicos con incrustaciones de cristal, llevando en su interior varios cirios de reducidas dimensiones. El hachón es un cirio muy grueso que tiene varias mechas o pabilos. Suelen portarlos algunos pasos de crucificados como el del Cristo de la Vera-Cruz o el Cristo del Amor.

Por último podemos encontrarnos con un monte de claveles o de lirios bajo las imágenes o frisos en los bordes superiores e inferiores de la canastilla.

En cuanto al Paso de Palio cabe decir que el palio es el único desarrollo vertical del paso y, por extraño que parezca, fue usado antes para imágenes de Cristo que para las de Virgen. Al principio fue un elemento funcional que servía de protección de la lluvia a personas de elevado rango se asoció luego con la jerarquía a la acabó simbolizando. Hoy día podemos ver tras el Cristo Yacente de la Hermandad del Santo Entierro un buen ejemplo.

Tras ello se incorporó a las andas de los pasos siendo así un dosel rígido y fijo que fue antes usado para las imágenes de gloria y en los altares que se instalaban durante el Corpus.

Hoy es algo habitual y menos las imágenes de la Piedad (Hermandad de los Dolores) y la iconografía de la Soledad ante la Cruz, todas las imágenes llevan palio de 12 varales y dosel de terciopelo o metal según el caso; éste puede ser de plata o metal plateado, resultando una obra de gran importancia porque el valor del material con que se realiza hay que unir la labor del repujado y del cincelado.

Los pasos de palio también tienen su parihuela con seis trabajaderas como norma habitual, encontrándose esta rodeada de unos respiraderos realizados en plata, plata sobredorada o alpaca y faldones, algunos de los cuales también llevan bordados medallones con algunas escenas representativas. Los faldones suelen ir unidos por broches, que pueden ser de orfebrería o bordados. Pueden llevar o no maniguetas. A la parte superior de la parihuela se le llama tablero, sobre el cual van depositadas todos los componentes de un paso de palio, tales como candelería, varales, peana, jarras, etc.

El elemento más destacado y que más lo diferencia de los pasos de Cristo es el palio. El palio es una estructura que cubre el paso y que está compuesto por un techo, bambalinas frontales y laterales y en algunas ocasiones frisos o cresterías. El palio está sostenido por seis pares de varales que se distribuyen a lo largo de los costeros y que suelen ser de los mismos metales que los respiraderos. Pueden ir adornados con apliques de marfil o de madera.

En el frontal del paso, como en el de Cristo, va el llamador, así como una fila de pequeñas jarritas, llamadas violeteros, donde se colocarán pequeños ramos de flores. Frecuentemente suelen ser ocho, aunque a veces son diez, o serán seis si se combinan con la vela rizada. Detrás de estas jarritas se extiende la candelería, que es como se suele denominar en términos generales a la iluminación del paso de palio, y que son filas sucesivas de palmatorias de orfebrería que ganan en altura cuanto más hacia atrás están y que portan cirios (en algunos casos suelen llevar impresos el escudo de la Hermandad). La candelería está compuesta por un mínimo de ochenta piezas y un máximo de unas ciento veinte (lo cual irá en función de las dimensiones del paso). El cirio que va junto a la Dolorosa es la vela guía (también denominadas Marías por su proximidad a la Virgen), pues sirve de referencia para que las demás vayan completamente verticales. Cuando la cofradía no es de rigurosa penitencia, es costumbre que la vela guía se adorne con flores, sobre todo rosas, y hojas de distintos tamaños y formas. Todos estos adornos están hechos de cera, recibiendo la denominación de "vela rizá" o cera rizada.

Suele estar la candelería dividida en dos bloques, uno a la derecha y otro a la izquierda para que quede en medio un espacio por el que se pueda apreciar por completo a la Virgen. En este espacio en la delantera del paso, llamado calle, suelen ir miniaturas de otras Vírgenes o relicarios, que se denominan imagen venera. La Virgen va sobre la peana, que es una estructura de orfebrería o plata que alza a la imagen varias decenas de centímetros sobre la base de todo el paso. En la peana puede ir, acompañando a la Virgen, una imagen de San Juan.

En los costeros del paso y situados entre los varales encontraremos jarras, igualmente realizadas en orfebrería o plata, para colocar piñas o melones de flores. Suelen ser tres grandes y una mediana en cada lado, no obstante, esta distribución quedará a libre criterio de la mayordomía y al gusto de la Hermandad en cuestión. Al final de los dos costeros, entre el quinto y sexto varal, nos encontramos con los candelabros de cola, que suelen estar realizados en los mismos metales que el resto del paso de palio. Su función es iluminar el manto de la Virgen y la trasera del paso, llevando cada uno entre ocho a catorce puntos de luz. Estos candelabros son de estilos muy variados, cuya aparición desencadenó en las últimas décadas del siglo XIX. Las tulipas del candelabro de cola, en ocasiones suelen terminar con unos adornos metálicos llamados "crestería". Algunas hermandades llevan en lugar de las típicas tulipas, pequeños faroles en estos candelabros, o en su lugar, las hermandades de rigurosa penitencia, colocan faroles de entrevarales, en este caso nos referimos al paso de palio de la Virgen de la Caridad, de la Hermandad de la Salud.

El palio, en un principio, iba portado por hermanos o clérigos, los cuales se ubicaban detrás del paso de misterio. El primer palio sobre un paso es el de la Concepción de Sevilla, de finales del XVI, que disponía de cuatro varales. Años después, aparecen los palios de seis varales, de ocho... y a mediados del XIX en casi todos los pasos hay doce varales.

Varales metálicos, de plata de ley o de plata cofradiera, siempre han existido. Pero hasta bien entrado el siglo XIX hubo varales de madera; la madera torneada o tallada después era dorada, e incluso hubo varales que iban simplemente pintados con los colores litúrgicos o penitenciales. Todos los varales terminaban en esparraguillos e iban atornillados al tablero. Desde hace algunos años sólo terminan en esparraguillos los cuatro varales de las esquinas, los demás llevan pernos, así quedan casi sueltos y el palio sigue mejor el ritmo de los costaleros. Sobre el perno se sitúa, el basamento, que es la parte visible inferior del varal, que suele llevar imágenes de los Apóstoles o de otros Santos o advocaciones de la Virgen. Al cuerpo estructural del varal se le llama tubo y está dividido en secciones separadas por macollas. Finalmente, el extremo superior del varal, que sobresale al palio se denomina perilla.

El palio tiene su origen en el dosel y tenía las caídas rectas; eran unas franjas de terciopelo terminadas con flecos o caireles. En los últimos años del siglo pasado las hermanas Antúnez comienzan por quebrar y ondular el borde inferior de las caídas. Juan Manuel Rodríguez Ojeda impone esta moda, y ya tenemos el actual palio de cajón. Años después, también diseña con curvas y contracurvas la parte superior de las caídas, y crea el palio de formas o de figura, o el palio sevillano como popularmente se conoce. Hay otro tipo de caídas, toda de orfebrería, dando origen al llamado palio rígido. En nuestra localidad, el paso de María Stma. de la Amargura y el de las Angustias de la Hdad. de la Vera-Cruz son un claro ejemplo de palio sevillano, y el de la Virgen de la Caridad, de palio de cajón.

El techo de palio por su cara inferior es casi siempre de terciopelo, y profusamente bordado. En el centro, y como eje de toda la composición, hay un medallón o cartela. En el medallón, y de bulto redondo, se suele representar al Espíritu Santo o, en alto relieve, una imagen de la Inmaculada, de la Patrona de la localidad de origen, etc..., pero siempre es una advocación de gloria, y quizás por esto o porque está en todo lo alto, a este medallón se le conoce por el nombre de "Gloria". La composición y el dibujo del resto del techo del palio quedan supeditados al contorno del medallón y el conjunto nos puede recordar un riquísimo tapiz o una lujosísima encuadernación. En los palios de cajón y en los sevillanos, el techo y las caídas son del mismo material, dibujo y estilo. En los palios rígidos las caídas las hace el orfebre, y el techo, el bordador.

En el paso de palio y formando parte del esqueleto está el ahuecador -armazón de hierro que hace posible que los adornos y bordados del manto se puedan contemplar de manera perfecta-; soporta todo el peso de éste, evitando que la imagen sufra ningún tipo de presión o deterioro.

Las imágenes de la Dolorosa se designan de talla, de vestir o de candelero. En cuanto a las prendas con que se visten la imagen lleva unas enaguas y unos manguitos; y sobre esto la saya, compuesta por corpiño, mangas, fajín o cíngulo, y la saya o falda. Todo queda arropado por el manto, y sobre éste va la toquilla de sobre manto; en algunos mantos los bordados de la parte superior simulan una toquilla. El rostro de la Dolorosa queda enmarcado por un trozo de tela finísima o encajes muy antiguos. Su colocación no es nada fácil y además resulta la piedra de toque para que una imagen esté muy bien o muy mal vestida. Esta prenda recibe la denominación de rostrillo.

De cualquier forma, esta descripción está llena de generalidades, siendo cada paso de Cristo, misterio y cada paso de palio totalmente diferente a los demás. Cada uno tiene detalles que los hace ser únicos y hemos tratado de analizarlos en la referencia dedicada a cada paso de las distintas cofradías.

Basado en el artículo de José Ramón Fernández Lira publicado en Diario de Jerez, 12-5-92.

Juan Jesús Rodríguez Ruiz - Herrera. Año 2006.


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