MADRUGÁ NAZARENA.
¡Ay Jesús!, ¡Ay Jesús el Nazareno!,
quién pudiera ayudarte a llevar ese madero,
que no surja un suspiro en la fría Madrugada,
pues tu pueblo se arrodilla, pues tu pueblo ya se calla.
Que se escuche una saeta en esa noche tan larga
o el tronar de los tambores se adormilen en tu cara.
Y cuando llegue la mañana que el sol radiante salga,
Para sentir la Amargura, la amargura de tu cara.
TARDE DEL VIERNES SANTO.
En la puerta de San Roque
un niño esperando está,
cuando van a dar las siete
poco tiempo queda ya.
¿A quién esperas chiquillo?
al Cristo que a salir está,
con la Reina más bonita
y la Madre más hermosa
que tiene esta tierra bendita
que no tiene por nombre rosa
porque esa flor se marchita,
y le pusieron los ángeles
Angustias. ¡ La más bonita ¡
M.A.L.R.
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